viernes, 7 de enero de 2011

Nos estamos Ayudando a nosotros mismos

DSC09509 Con mucho cariño les voy a contar un poquito lo que el Programa Vamos a la Playa significa en la vida de todos nosotros y en mi caso específico ya que he tenido la maravillosa oportunidad de estar en él.  24 niñas y 24 niños de zonas menos favorecidas DSC09518 van cada semana durante 10 semanas del verano a partir de la primera semana de enero y reciben una acogida muy calurosa en un ambiente de confianza.  Las veces que he ido me ha tocado estar en la cocina donde se prepara desayuno, DSC09566 almuerzo, lonche y comida para 75 personas que es el número total considerando a los voluntarios jóvenes y adultos. La experiencia es riquísima en la alegría que significa DAR.  Estoy segura que el principal promotor de este programa es nuestro Señor porque uno no pierde en ningún momento el entusiasmo de servir sea la hora que sea.  Es tan grande el cariño que estos niños prodigan por el agradecimiento de estar en una casa tan linda y limpia, por el aprendizaje que reciben y por gozar tan cerca de la  naturaleza, que estoy segura que suceda lo que suceda en sus vidas después, siempre tendrán el grato recuerdo en sus cabecitas como si fuera una linda fotografía postal de sus vidas y esto será lo que les dará fuerzas para seguir adelante en momentos difíciles de sus vidas. Es tan importante la huella que este programa les deja, que este año están ayudando varios jóvenes, que años atrás conformaron el grupo de niños VAP. Lo que se siembra en buen terreno da buen fruto.  Ahora son ellos los que devuelven lo que a su tiempo recibieron en el VAP.

Muchas veces cuando nos piden para ayudar decimos:  “Ya estoy cansado de que todo el tiempo me estén pidiendo colaborar con dinero o con víveres o con mi ayuda física para éste o cualquier otro programa de ayuda” ----- como los hay tantos en nuestro país.   Pero la verdad que la palabra  “cansado de dar” en nuestro querido Perú, NO EXISTE.  Nuestro país es inmensamente pobre y cuando ayudamos a los más pobres, por más mínimo que sea, nos estamos ayudando  a nosotros mismos ya que podemos cohabitar más humanamente con los menos favorecidos.  No nos podemos dar el lujo, de decir no tengo nada para dar porque por más poco que nos parezca lo que tenemos siempre es más de lo que los más pobres tienen.  Hay casos en los que a veces estos niños no tienen dónde recostar sus cabezas cómodamente para descansar, no tienen el suficiente alimento que su cuerpo necesita ni ropa para vestirse decentemente, eso entre tantas otras cosas tan importantes como lo es la salud.

Recuerden que nuestra ayuda tiene siempre mucho valor y nunca podremos decir “ya he dado lo suficiente” y más aún viviendo en un país como el nuestro.  Estoy segura que Nuestro Señor es el que lidera este Programa y es el que más contento está repitiéndonos a nosotros “Dejad que los Niños vengan a Mí “ y lo mejor que podemos hacer es integrar este Programa, Su Programa  ayudando directa o indirectamente.  No nos cansemos nunca de hacerlo sobretodo si se trata de los niños de nuestro Perú.

Mónica de Gastelumendi.

No hay comentarios:

Publicar un comentario